¿Por qué leer Las Olas de Virginia Woolf?

Cuando la primera impresión de un escritor en tu vida es en una introducción a un libro de otra persona, comprendes lo que es ser un gran escritor. Que se filtre tu estilo característico en la admiración de alguien más es una señal de amabilidad y empeño enorme. Esta fue mi conclusión al encontrar en el libro de Jeannette Winterson titulado “Art Objects: Essays on Ecstasy and Effrontery” (1995), donde  comenta, “No hay ninguna oración en “Las Olas” que escucharías por encima de tu hombro en la vida diaria”. Esa debería ser razón suficiente para leer a Virginia Woolf.

Pero hay más. Este no es el libro más popular de ella, no es el último, no es el primero. Escrita en 1931, diez años antes de su muerte, la claridad de su abstracción está pintada puntualmente en esta obra. En “To The Lighthouse” y “The Voyage Out” se ven los primeros acercamientos de ella por explorar los límites de su mente. “Orlando” se llevó el reconocimiento en su tiempo, mientras que “Las Olas” no cruzó por los ojos de muchos. La fascinación de Virginia  por el mundo natural, por los silencios y reflexiones  se ven como gotitas por todo su trabajo. En “Las Olas” el título se queda corto a la inmensidad con la que las palabras fluyen naturalmente, como si lo hubiera escrito en una sentada.

“There can be no doubt, I thought, pushing aside the newspaper, that our mean lives, unsightly as they are, put on splendour and have meaning only under the eyes of love”- Neville*

Los personajes de Woolf son tan claros que los identificarías sin importar el cuerpo que portasen. Son definidos puramente por sus personalidades, las puntuaciones, la semántica, por el ritmo de sus pensamientos. Los monólogos de los personajes difieren en el estilo de escritura de cada uno, cosa que me sorprende cada vez que lo revisito. El orden en el que surgen estos soliloquios  y el tiempo que pasa entre cada uno de estos está dividido por sonidos naturales, párrafos que describen al mar, las hojas y el sol. La hermandad que existe entre los personajes es de la más pura y cálida se puede imaginar.

“Among the tortures and devastations of life is this then- our friends are not able to finish their stories”- Percival

Lo más grande de este libro es el ritmo, no encuentro otro libro cuyo título lo describa tan bien, que describa además de un tema principal, todo su estilo característico en escritura y semántica.

“One’s mind is primed; one’s lips are pursed”-Bernard

“All is rippling, all is dancing; all is quickness and triumph”- Jinny

 

Te da espacio para respirar, para reflexionar cada una de las personalidades (que en su naturaleza  tratan desesperadamente de comprender el mundo) pero luego te lanza desnudo a las olas de su mente. Es un libro difícil, no es para leer en la playa, pide de ti igual empeño que el que fue necesitado para hacerlo.

 

“I have no end in view. I do not know how to run minute to minute and hour to hour, solving them by some natural force until they make the whole and indivisible mass you call life”- Rhoda

“What has my destiny been, the sharp-pointed pyramid that has pressed on my ribs all these years?”-Louis

 

Es intimidante, es tan familiar a veces que te duele cuando te das cuenta que los personajes en realidad no son reales, esto no es algo que sucedió en la vida real, existe en el contexto del libro y quizás eso sea lo único que puedas comprender. La cercanía de su escritura oscura es lo que más miedo puede provocar en ti, y Virginia Woolf en esta obra alcanzó  la elocuencia en su  experimentación poética.

This is human life: this is the infinitely precious stuff issued in a narrow roll to us now, & then withdrawn forever; and we spend it thus. (Diary, 3 (1925-1930), p. 95).

 

Retrato de Virginia Woolf por Roger Fry (1917)

*Las citas corresponden a cada uno de los personajes del libro.

Artículo escrito por Daniela Sandoval

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